No se si quiero que me quieran o si me vale que me entiendan…

El viernes, ese gran día, será recordado por el mal rollo creado en la oficina a partir del problema que viene arrastrando desde el miércoles.

Cuando volví a mi mesa de una de las excursiones al despacho jefecil, me encontré con unos papeles que no eran para mí, pero que tenía que entregar yo pues la mujer enfadada ya no se habla con mi jefa.
Justo cuando volvía a mis labores la mujer de tacones imposibles me intercepto y me dijo: Tenemos que hablar…

Supe que de esa conversación no iba a salir nada bueno, también fui rápido y después de escucharla, con una sonrisa en los labios contesté: Esto lo tiene que hablar con el jefe, yo aquí soy un mandado. Me miro extrañada por mi reacción, quería pelea y no le seguí el juego, me sonrió y me dijo; claro, tiene razón.

Fue de despacho en despacho, mi jefa la envió al despacho de otro jefe y el otro jefe al director, director que por cierto es su marido…
Lo siguiente que supimos es que agarró el bolso y se fue…

Diría que la cosa se ha terminado, pero según me han dicho los compañeros, en confesiones de oficina entre cafés, con esta mujer las cosas nunca acaban, bienvenido al infierno que decía Troy, bienvenido a la oficina, que me dijeron a mí.

Ese día salí tarde del edificio, los expedientes se habían reproducido; ellos solitos, sin música ni nada, tenía que enviar mails y cartas a algunos clientes, cosa que por cierto hago un pelin acojonado, y no tenía intención alguna de dejar en entredicho mi valía profesional.

Cuando me toca poner mi nombre en alguna cosa, me dan ganas de poner: Will, pero por Dios los marrones se los cuentan a mi jefa, que la antigüedad también es un grado para estas cosas…
Pero simplemente pongo: Will Truman, teléfono de contacto: 902 tralará, tralarí.

Me fui a comer a casa de mi abuela, ya estaba todo listo y simplemente nos sentamos a charlar, bueno a charlar, a arreglar unos papeles y unas cosas que necesita para no se qué…

Will: Aquí vas a tener que llamar tú, porque tenemos que ponernos en contacto con la oficina de Francia.
Yaya: Uy, que llame tu madre, ¿tu sabes la de años que yo no uso el francés? Lo más fácil es que me líe y acabe dando de baja algo…

El sábado salimos Grace y yo, nos pasamos la noche riéndonos, acordándonos de tiempos pasados y presentes, comentando cosas:

Will: Si, pues calla, que si te cuento lo que me paso a mí una vez, que hasta me caí de la cama..

Grace: Pues mira, hay gente que te da repelus, yo conocí a un tío que lo que me daban ganas era de clavarle un pilot en el ojo…..

Después pasamos a conversaciones más serias, y después otra vez a risas.

fuimos a cenar a un griego:

Will: Pues si es pequeño si… ¿Cuánta gente dices que entra aquí?
Grace: Pues 20… es acogedor…
Will: Te acuerdas que es lo que nos gustaba???

Grace: A mi es que el pollo ese me da grima..
Will: Es que mira que es difícil hacer MAL el pollo…

Fuimos al bar aquel donde más que combinados; te ponen bañeras, y luego al sitio donde últimamente siempre acabo.