But I'm sorry I don't pray that way...

Llegué a casa algo cansado, siempre tengo ese sentimiento cuando llego, esa sensación de que por fin estoy donde me apetece estar.
Me quito el jersey que me hace parecer más grande, el cinturón que evita que los pantalones se me escurran hasta las rodillas y las zapatillas tan caras y tan bonitas que hace que parezcan que siempre sé a donde voy.
Me pongo un pantalón de chándal de mi padre, que me queda largo y un jersey que me dejó mi abuelo y que aun no he devuelto, siempre me hace sentir a salvo ese jersey. Todo me queda grande y al pasar por delante de un espejo arrastrando los pantalones, plafplaf, con las manos metidas en las mangas aún y de camino a por mi manta de ver películas me doy cuenta que, de forma inconsciente he respuesto a la pregunta aquella con la que he empecé el año, aquellos post en los que intentaba definirme. Definitivamente esa imagen que me devolvía el espejo era yo.

Hablamos con Níger del sentimiento ese de la primera vez que alguien te rompe el corazón, de cómo te quedas, del dolor que crea y yo pienso que la desconfianza que te da, en las pocas ganas que te quedan de volver a intentar nada, pero sobretodo la sensación de haber sido un completo idiota. Sensaciones que se fueron hace años, por suerte el agua siempre cura nuestras heridas pero lo que si que tengo claro es que, como decía Shakira, no se puede dedicar el alma a acumular intentos.

Me paro a pensar y me doy cuenta de lo rápido que pierdo el norte, de lo poco me cuesta dejarme llevar y de que, por mucho que intente negarme, soy tremendamente pasional, de que cuando algo es bueno es realmente fantástico pero que cuando algo es malo es una autentica mierda. No puedo evitar reírme al recordar lo que le dije, hace no mucho tiempo, a Gio; tío, tu vida parece una autentica montaña rusa, descansa ¿vale?
Y ahora soy yo el que una vez más debería comerse las palabras y relajarse, cuando la vida se me descontrola, cuando no se bien donde estaré mañana, no se con quien y no se si tendré trabajo o no (esto es nuevo) siempre adopto la misma postura, agarro mi manta y me dejo llevar por la tormenta hasta que las aguas vuelven a su cauce, y entonces, solo entonces, saco la cabecita y digo; ea, no era para tanto, reflexión que soy incapaz de hacer justo antes de que las primeras lluvias caigan.

Me quejo de la sobreprotección que a veces tengo, pero me doy cuenta que incluso esa queja no deja de ser una pose, de que realmente a veces necesito que alguien me marque un poquito el norte porque mi brújula se escacharra con facilidad, y que a veces necesito un abrazo que me haga sentir fuerte.

Si, definitivamente solo son pequeños momentos, descripciones de una vida que es la mía y que soy mucho más de lo que nunca comprenderé, que se me están muriendo las tres plantitas que me compré hace nada y toda la pesca.
Pero esta imagen, esta mantita y esta ropa que me queda enorme, esa onza de chocolate, la tele encendida mientras suena la sintonía de mujeres desesperadas y este ordenador en las rodillas es la imagen más honesta que he encontrado de mi en lo que va de año.


There must be another way
Cause I believe in taking chances
But who am I to say
What a boy is to do
God, I need some answers