En que estrella estará...

lunes, 25 de febrero de 2008

La única cosa que me fastidia de no tener aun el permiso de conducir, supongo que es el depender de alguien para ir a Villa Truman.

En noches así daría parte de lo que tengo por estar allí, probablemente me tumbaría en el solarium, bien abrigado, a ver la estrellas. Es algo que hacia de pequeño ¿sabéis? Recuerdo estar allí y sentarnos todos en el jardín a mirar el cielo.
Más tarde encendería la chimenea y me pondría a leer un libro delante del fuego, un buen libro.

Me gusta la sensación de paz de que suele reinar en Villa Truman, me gustaban los muebles antiguos y esa sensación de que allí todo estaba siempre bien. Me pasa un poco como con casa de mis abuelos, un lugar en el que casi siempre todo parece estar bien.

El delicioso desorden cuando yo era pequeño, me acuerdo de bajar a la cocina y encontrarme el cola cao preparado con unas galletas, si no desayunábamos no podíamos ir a jugar. A las 11, preparabamos las cosas y nos íbamos al club de campo, mi tío siempre me preguntaba porque me gustaba estar solo, porque me tumbaba yo solito al sol y dejaba pasar las horas, ¿vienes a jugar al tenis? Lo cierto es que lo intenté, pero me lleve un par de pelotazos y decidí que no seguiría con el deporte que tanto practicaban los Truman.
A las 15 subíamos a comer, casi siempre eran ensaladas de pasta, como decía mi tía; era la comida de verano. Aborrezco las ensaladas de pasta, quizás por eso.
A las 17 volvíamos a la piscina hasta las 19, cuando llegábamos a casa y nos soltaban por el jardín hasta la hora de la cena, un ratito de charla, es curioso como no recuerdo haber visto televisión nunca allí, de los 3 aparatos casi nunca había ninguno encendido.
Teníamos hora para dormir, pero solíamos escaparnos al solarium para charlar todos mis primos y yo.

Si les preguntas a mis primos, probablemente te dirán: Will siempre ha sido un tipo raro. No les falta razón, pero más que un tipo raro, yo diría que he sido siempre un tipo solitario, a veces por elección, otras porque no tuve más remedio, todos tenemos de esas épocas, ¿Qué te puedo contar que tu no hayas vivido? ¿Qué te puedo contar que tú no hayas soñado?

Como digo, a veces me encantaría coger el coche y poder ir a Villa Truman, me gustaría tumbarme a ver las estrellas y leer un buen libro, pero entonces, luego me acuerdo de que a lo mejor nadie querría estar conmigo y que al primer ruido, crujido de madera o sombra extraña en el jardín, me asustaría y que si no hay nadie a quien cogerle del brazo y que me recuerdo que todo está bien, pierde su parte de gracia.

14 comentarios:

Anónimo dijo...

Todavía estás sin carnet?

Tch-tch-thc...

Anónimo dijo...

Y prime!

Anónimo dijo...

Parece que Villa Truman tenía todo lo necesario para ser un refugio en toda regla para tí. Tal vez aún lo sea...

Mi refugio siempre fue la montaña. Hace casi cinco años que por fin he vuelto...

Anónimo dijo...

Qué canción más bonita. Me gusta tanto la música que escucho en tu blog...
Gracias, Will, eres un amor.

Anónimo dijo...

Y gracias por lo de la música, un día me pongo y te mando un mail con alguna cancioncilla que creo que te podría gustar, ¿bien?

Anónimo dijo...

Sota: y malo... ahí, ahí atacando...

Olwen: Pues sí, pero más que eso, es un sitio para relajarse...

Así tranquilito, es muy bucolico todo.

Anónimo dijo...

olwen, por favor, no animes a will a que nos torture con su musica, que entre las Sugababes, las Pussycat Dolls y Delta Goodrem ya tengo hasta pesadillas! ;-)

por cierto, will, que te falta para lo del carnet de conducir? no lo dejes, que si no sera como un lastre para ti!!! animo y a conducir, pero con precaucion.

Anónimo dijo...

ai will!!! pos nada, al carnet animos, tiempo y dinero, es lo único q necesitas XDD

me gusta tu manera de sobrenombrar a todos. Villa Truman, parece un sitio bonito!

Anónimo dijo...

Vale!!
Lo siento Nan, pero es que a mi si que me gusta la música de Will. Ya tengo bastante con mi Kid-brother y contigo par el resto del arco musical. Déjadme que disfrute con alguien normalito...
Te paso el mail de mi compi y espeo ansiosa... marpessa@telefonica.net

Anónimo dijo...

Bueno... si quieres te llevo... pero me tienes que preparar el cola-cao por la mañana...

Anónimo dijo...

que gustazo tener un solarium para ver las estrellas...

bueno, yo des de mi terraza hay meses en que le da la luna llena de pleno y esa noche no bajo la persiana de mi habitación...

Anónimo dijo...

conducir da libertad de movimientos. me gusta esa idea.

Anónimo dijo...

Me ha entrado morriña a leer tu post, Will. Quizás por el simple hecho que todas esas cosas que explicas de tu infancia me recuerdan un poco a la mía (incluido el tenis). Y es que aunque no nos conociamos ni eramos Will y Grace, ya nos pareciamos.
¿Ensalada de pasta? ñamñam que rica
Besitos
P.D: ¿cuándo dices que vamos a mirar las estrellas?

Anónimo dijo...

Supongo que llego tarde ... ;)

Espero que hayas leído ya ese buen libro y que te hayas tumbado al lado de ese alguien.
Tener permiso de conducir no es imprescindible para llegar a los sitios que uno desea ;)

Un saludo.

ps.: Seguiré leyéndote.